El autor intenta resaltar la comunicación y la organización
como variables clave de cualquier empresa que desee mejorar la eficacia,
productividad y calidad, y en consecuencia, rentabilidad.
Aunque a estas alturas parece claro que el cliente es el
punto de referencia hacia el que orientar las estrategias no se puede
minusvalorar la manera en qué estas decisiones son tomadas y cómo son llevadas
a cabo. Conocido el destino final es necesario asegurarse que motor y dirección
se encuentran bien engrasados y conectados
o es muy probable que la empresa
malgaste tiempo y esfuerzo dando
vueltas alrededor de su destino final corriendo el riesgo de no llegar nunca.
Es necesario tener un estilo de dirección que este en
continua alerta y pueda responder a los imprevistos del camino sin poner en
riesgo la maquina que lo mueve. Para ello es fundamental tener un conocimiento
profundo de toda la maquina y realizar revisiones periódicas que aseguren el
buen funcionamiento de todo el sistema. Asimismo, tendrán que revisar continuamente
el mapa para ver que el camino por el que están transitando es el mejor en esos
momentos para llegar a destino.
De tal manera el método y estilo de trabajo de un directivo
es fundamental en cuanto que hace de nexo entre el cliente, o destino final, y
el funcionamiento empresarial, o vehículo. Es el conductor que debe estar
continuamente valorando que todo va como debe de ir. Esto supone hacer una
autoevaluación constante del estado y la interrelación existente entre el
cliente, uno mismo, los trabajadores y el resto de la empresa. Es un constante sentimiento de mejora y
adaptación al entorno.
De tal manera el directivo tiene que estar en un continuo
aprendizaje de dirección. Basándose en su propia experiencia debe enriquece
esta con la teoría existente y reflexionar sobre qué aspectos puede mejorar,
tanto a nivel personal como grupal. Debe hacer un continuo diagnóstico de la
organización que permita compensar las deficiencias y hacer a la empresa
funcionar como un todo.
Debe ser realista y entender que potencialidades y
limitaciones tiene la empresa. Esto le permitirá saber que mejoras se pueden
realizar en el corto plazo y orientarse hacia otras que solo serán alcanzables
en el largo. Siempre teniendo en cuenta
que el principal activo de toda empresa son las personas empleadas. Una empresa
puede crecer tanto como lo haga el personal que trabaja para ella; si las
personas están comprometidas con la empresa porque se sienten bien valorados es
muy probable que se produzca con altos niveles de calidad.
Para ello será importante que el gestor sea alguien cercano
al resto del personal; un líder con carisma que genere empatía y consiga sacar
lo mejor de su equipo en los momentos que necesita, al tiempo que genera
compromiso con la identidad y valores de la empresa. Esto es algo que se debe entrenar, a pesar de
que haya personas que tengan habilidades innatas para ello. Al personal de la empresa le motiva ver que
quienes les dirigen están en continuo aprendizaje ya que entienden que esto
supondrá mejoras en todo el equipo, al tiempo que se está dando ejemplo de que
todas las personas tienen aspectos que mejorar.
La buena empresa es aquella que es dinámica, que está en
constante cambio adaptándose a las variaciones que se van produciendo. No es un proceso de cambio sino de mejora
continua basada en la planificación y la organización. El cambio solo es
necesario cuando las cosas ya están mal, y por lo general no suele salir bien. Hay que estar preparado para cambiar, y eso
solo se consigue cambiando constantemente o, lo que es lo mismo, en un proceso
de mejora continua.
Pero una estructura no mejora solo si atendemos a una de sus
piezas. Es necesario producir mejoras en todas las piezas y en sus relaciones.
Es necesario fomentar la participación y trabajar en equipo mediante grupos de
trabajo para que la mejora sea integral
y coherente. Solo así mejorara todo el equipo,
el proceso productivo, la parte directiva, dirección, sentido y
coordinación de la empresa, ofreciendo en última instancia un bien o servicio
de mejor calidad y más ajustado a los deseos y necesidades del cliente.